miércoles, 5 de febrero de 2014

La Herramienta del Videoclip

Por Armando Velásquez
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La Herramienta del Videoclip
Entre la imagen y la música se ha desarrollado un equilibrio en el cual se debe transitar si el objetivo final es la difusión

Eran las 7:30 am. hacía frío y era diciembre, sábado 14 para ser más precisos, y Carlos Hernández, cantante de hip-hop bajo el sobrenombre “Pera Mc”, hacía sus respectivas llamadas para saber si todo iba acorde al plan. Yo, a su lado, sabía la importancia que ese día arrastraba, se iba a empezar a grabar el videoclip de “Sophia”, el primer sencillo de su recopilatorio 2013. Todo estaba milimetrado, como el viejo dicho, se sabe que: “El tiempo es oro”.

Cabe destacar que un videoclip es un cortometraje que actúa como la representación visual de una canción. El propósito principal es el de difusión, ya sea por internet o la televisión. Alejandro Hernández, director y editor, hermano de Carlos, ya había comentado la importancia del videoclip, y también dejó claro cuál sería el concepto creativo detrás de la pieza audiovisual. A las 9 am. llegaron a la casa las tres personas que iban a ayudar en el rodaje, se alistaron las cámaras y manos a la obra.

Toda esta situación era nueva para mí, cuando te acostumbras a ser espectador y te toca presenciar todo el proceso previo a lo que se ve por los medios, todo se hace un poco confuso. ¿Dónde grabar? ¿Necesitan otro color las paredes? ¿Dónde queda mejor la luz? Aclarar las tomas fue lo primero que se hizo, cada quién daba su opinión, pero al final el director fue quien decidió. Parece insignificante pero todo esto posee un contenido inmenso a la hora de ser visto. Algo mal planificado, arruinaría todo el trabajo. Se pintó la cara de color amarillo a Carlos, “Te pondrás acá”, le dijeron, empezó a sonar la música y a la vez se inició la grabación.

Órdenes, cámara, ¡acción!

“¡Para, para!” se escuchó varias veces, seguido de: “No me gustó, a repetirlo”. Se rodó la misma escena unas cinco veces, para mí no cambiaba nada, solo repetían lo mismo y grababan. Obviamente para el director sí había diferencia. Ya eran las 11 am. Había llegado el momento de descansar un poco, yo prendí un cigarro y me senté en silencio a pensar en qué tan importante podía ser un videoclip.

El videoclip comenzó su apogeo en 1920 gracias a Oskar Fischinger y otra corriente de europeos, quienes crearon piezas de imagen para obras musicales. A partir de este momento, autores como John Mundy o Neil Feineman remontan el origen del videoclip al cine. También otros como Simon Frith están en contra de dicho postulado. Frith, en su obra Music for pleasure (1988), analiza una serie de razones por las cuales el videoclip no tiene sus orígenes en el cine.

Pasó el descanso, eran las 11:30 am. y a Carlos le estaban pintando la cara de azul. Alejandro, exigente, buscó otro sitio dentro de la casa para seguir grabando, esta vez sería un lugar con más luz, aprovechando que el día estaba soleado. “Carlos, acá y no te muevas mucho, también amárrate los dreads”, fueron las órdenes, se ajustó la cámara con respecto al plano de grabación y se empezó nuevamente. Esta vez se grabó la canción completa unas tres veces, de las cuales todas las tomas eran distintas.

Ya eran las 2:15 pm. Justo el momento de almorzar, todos teníamos hambre y teníamos pizza para resolver la situación. A las 3 pm. se continuó con el trabajo. Esta vez le pintaron la cara de rojo a Carlos y se eligió el mismo sitio para continuar la grabación. Esto se grabó dos veces, con eso fue suficiente. Seguido a esto, Carlos se lavó la cara, para nada, porque se la pintaron nuevamente, esta vez de color negro. Se volvió a grabar la canción completa, pero, para mi sorpresa, con una vez fue suficiente.

La música y la imagen son una combinación poderosa de lenguajes. Los videos musicales están muy ligados al marketing. Como dice Keith Negus en su obra Popular music in theory. An introduction (1996): “Los videoclips están ocupando nuevos espacios en tiendas, bares, estaciones de autobús o metro, gimnasios y hasta en pantallas de televisión colocadas en las calles y plazas de las grandes ciudades”. Es que actualmente lo visual tiene extrema importancia, los artistas necesitan algo que facilite la difusión de su música y si el material audiovisual es apropiado se puede lograr con eficacia.

Vi mi reloj, eran casi las 6 pm. Esta vez le pintaron la cara de blanco a Carlos y grabaron la canción completa una vez más, justo en el mismo sitio donde lo grabaron con la cara pintada de rojo y de negro. Por la falta de luz sabía que estábamos en la recta final del día. El penúltimo toque sería pintarle la cara a Carlos de todos los colores, pero esta escena, según Alejandro, sería la más delicada de todas. La falta de luz condicionaba todo. Se grabó unas tres veces esta vez, solo para asegurar que no faltaría nada a la hora de editar.
6:40 pm. y ya no había luz, pero faltaba una toma para completar lo que Alejandro tenía en mente. Se resolvió de la manera más sencilla: en la casa donde se estaba grabando, que era muy grande, habían muchas pinturas guindadas en la pared y una en especifico era la más grande de todas, era un paisaje entre arboles y montañas. Esta era lo suficientemente llamativa como para servir de fondo. Ya Carlos se había lavado la cara y se sentó frente al cuadro, nuevamente volvieron a grabar, con luz artificial, pero esta vez pareció más rápido que todas las demás. Ya, al finalizar, el día había terminado, solo faltaba la edición del video. Yo, fatigado, emprendí mi camino a mi hogar.

Ya para las 8:30 pm. estaba en mi casa y solo me dediqué a investigar acerca de los videoclips. Es una herramienta inteligente y necesaria para los músicos ya que cuando se acaricia lo visual y se tocan los gustos, se crean lazos con el oyente y se hace más fácil la expansión del contenido musical. Todo esto indica que hay que ser cauteloso en el juego del equilibrio audiovisual.
  
Con respecto al presupuesto


A lo largo de los años se ha invertido infinita cantidad de dinero para hacer videoclips, los días de grabación pueden ser varios, incluso semanas, y la edición es una de las cosas más costosas. El videoclip más costoso de la historia perteneció a Michael Jackson en dueto con Janet Jackson, fue la canción Scream y costó un estimado de 7.000.000 de dólares. Entre otros, también está Madonna con las canciones Bedtime Story y Express Yourself, ambos rondando entre los 5.000.000 de dólares. También en esta lista podemos encontrar a Guns N’ Roses, Britney Spears y Backstreet Boys. Con respecto al videoclip de Sophia, no sé cuánto dinero se pudo haber invertido. Se publicó el 30 de diciembre por Youtube y las redes sociales Facebook y Twitter y hoy en día ya tiene casi 500 reproducciones.

Screenshot del videoclip Sophia de Pera Mc

miércoles, 22 de enero de 2014

De la nada a Todasana

De la nada a Todasana
La tensión rutinaria, a veces, puede acumularse al punto de sentir que es necesario encontrar un tiempo para poder despejar la mente, y mejor si es cerca del mar
Era viernes 17 de enero, y la rapidez urbana, la inseguridad, y las responsabilidades, solo me hacían pensar en el típico sitio que se le ocurre a las personas que aman estar en contacto con la naturaleza: la playa.
Eran las 2 de la tarde, revisaba mi celular en busca de algún plan. Mientras manejaba a mi casa, después de visitar a un amigo muy cercano, sonó mi celular. Como buen conductor, dejé que la llamada pasara y cuando me estacioné, devolví la llamada. Como anillo al dedo, un amigo de infancia, me propuso un plan para irnos a la playa desde ese día a las 5:15 pm hasta el domingo, el destino era una casa en Todasana, sitio ubicado en la parroquia Caruao, estado Vargas, donde ya estaban otros amigos. Me dirigí al mercado más próximo y gaste 800 Bs. en comida, que fue poca, para no llegar con las manos vacías. A las 5 en punto, ya me estaban buscando.
El viaje en carretera pasó mientras hablábamos y escuchábamos reggae. Eran las 9:25 pm. y estábamos pasando ya por Todasana, lugar donde aplica el refrán “Pueblo chiquito, infierno grande”, todo el mundo se conocía y veían el carro pasar como si fuésemos unos extraterrestres. Un poco mas adelante del pueblo, llegamos a la entrada de la casa. Ahí quedé impresionado, estaba en medio de la naturaleza. En el patio todo estaba poblado de frondosas y coloridas plantas que indicaban el camino hasta donde pasaba un río. “Deja tus bolsas en la sala y sal de una vez”, me dijeron. Saludé, apagué mi celular, hice caso y salí ansioso.
El río era lo máximo, cada persona del grupo estaba sentada en una piedra mientras hablábamos. A las 11:20 pm. entramos a la casa, gracias al frío y a las cajas de cervezas, claro, y detallé que el piso era color rojo, las paredes amarillas y el techo verde claro, y me recordaban a la bandera Rastafari. Al día siguiente, en la mañana, fuimos a Playa Larga, de 400 metros de longitud y aguas claras y frías, y estuvimos todo el día ahí, entre cervezas, arena y música. Al llegar a la casa, casi a las 6:50 pm. solo tuve energías para cocinar, comer y luego ayudar a lavar los platos. Luego dormí en la sala como un bebé.

El domingo nos despertamos temprano, los pájaros cantaban y los mosquitos hacían de las suyas. Estuvimos en el río a las 9:00 am. y luego, a las 10, decidimos ir a la playa un rato. Ya las cervezas se habían acabado, solo teníamos agua y sobraban las ganas de quedarnos. A las 3:30 pm. nos devolvimos a casa. Ahí recordé que tenía celular, pero sin señal, por lo que todos decían: “Estamos en un retiro espiritual”. De vuelta, el carro ya iba con dos personas más. Todos queríamos quedarnos, pero estábamos felices porque habíamos disfrutado. Yo, personalmente, me sentía preparado para volver a la rutina.
Playa Larga, Todasana, edo. Vargas

jueves, 16 de enero de 2014

Simpatía a cambio de ventas

Simpatía a cambio de ventas
Trabajar en un mercado municipal vendiendo verduras y vegetales no solo significa el dar un producto para recibir dinero, sino también lidiar con todo un público de distintas condiciones

Son las seis de la mañana y Carlos Delgado ya estaba parado frente a la puerta del Mercado Municipal de Chacao, esperando a su socio que llegaría en cualquier momento en un camión con toda la mercancía. No habían pasado quince minutos cuando Carlos, lleno de energía, ya estaba acomodando su puesto de trabajo, el cilantro en su lugar, seguido de pepinos, cebollas, lechuga, apio y cebollín. Arregló velozmente porque sabía que los clientes llegarían más rápido de lo que pensaba.

Oficialmente se dio la primera venta del día. Su primer cliente, una señora de edad avanzada, agarró tres pepinos, por lo que Carlos dijo: “Son 30 bolívares”. La señora, sin disimulo alguno, exclamó sorprendida: “¿Qué? Todo está carísimo, no tiene explicación ni razón”, típica frase con la que muchos expresan sus quejas, y hasta terminan yéndose, como esa señora, sin comprar nada.

“Dame cuatro cebollas ahí, por favor”, exclamó un señor, de unos cincuenta años y con mala cara, mientras le decía a Carlos que solo tenía cincuenta bolívares en la cartera, y que no soportaba que su esposa lo mandara a comprar, cuando podía hacerlo ella. Solo reír y seguir la corriente, aunque no comparta dicha opinión, es lo que le queda a Carlos, que necesita ser simpático para que al día siguiente vuelvan a comprarle y no lo vean de mala manera. “Dígame usted, ¿no cree que este presidente debería estar bien lejos? Capaz en Cuba”, le preguntó una señora, de setenta años aproximadamente, con un bastón y una bata de dormir, mientras que Carlos resolvía cómo dividirse en dos: necesitaba atender a otra persona, pero también contestarle a la señora, mientras recibía cierta cantidad de dinero y daba el vuelto correspondiente.

Ya eran las 12:45 pm. Minutos antes, Carlos estuvo en la incomoda situación de no poder venderle apio, y lo último que le quedaba de cebollín, a un hombre que se acercó a pedir pero sin disponer de suficiente dinero, mientras le hablaba de la gestión del gobierno y nombraba a Hugo Chávez a cada instante y trataba de convencerlo de que le fiara en nombre de “La revolución”. Era la 1:45 pm. y ya prácticamente Carlos no tenía mercancía disponible, se agachó a contar su dinero mientras que una sonrisa se adueñaba de la expresión de su cara, había ganado más de lo que gastó en mercancía.


No es fácil trabajar de esta manera, el contacto con el público puede ser escaso, como puede ser intenso. Comparta o no lo que le dicen, a Carlos no le queda más que sonreír para caer bien a los clientes, ya que tiene un puesto fijo en el mercado. Y más difícil aún es tener que respirar hondo, como lo hace cada día de trabajo, cuando se quejan de los precios de los productos y terminan yéndose sin comprar nada.
El Mercado Municipal de Chaco en un día de actividad